Migas y cordero segureño.
Migas y cordero segureño. A menudo nos tomamos demasiado en serio a nosotros mismos y nos planteamos los viajes como un reto que debe permitirnos alcanzar objetivos que parecen sacados del resumen de contraportada de un libro de autoayuda, como "salir de nuestra zona de confort", "superar nuestros límites", "remover nuestra escala de valores" o "conocernos mejor". Cuando hablamos o escribimos sobre el viaje realizado nos empeñamos en transmitir la revolución que hemos experimentado a nivel emocional y existencial. La visión romántica y trascendente de los viajes tenía más sentido en el siglo XIX y principios del siglo XX, cuando había partes del mundo aún por explorar y la precariedad de las